martes, 24 de marzo de 2009

A palmos

Me han medido de muchas formas. Con la típica cinta métrica amarilla. Con la tópica cinta que curaba empachos con la fuerza de la mente. Con camisetas para otras. Con objetos diversos: alturas de puertas, anchuras de camas, profundidades de armarios, longitudes de pies, estrecheces de ropa. Pero nunca antes me habían medido por palmos. Iba por 45 cuando se perdió y tuvo que volver a empezar. 1 palmo, 2 palmos, 3 palmos...

1 comentarios:

Alexandre Moreno dijo...

Hola:

Si, "Los renglones torcidos de Dios" es un gran libro. Su escritor roza la perfección en la narración, se nota que es un gran académico, y tienes razón, engancha de principio a fin.

Tomo nota del libro que me comentas, que seguro que está muy bien.

Saludos.

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